martes, 29 de enero de 2013

Dieta milagro

Las dietas milagro nos prometen perder peso sin esfuerzo, rápidamente y sin riesgos para la salud. Pero este tipo de dietas no siguen ningún tipo de recomendación nutricional. Generalmente todas estas dietas se basan en una gran restricción calórica, que pueden llevar a tener carencias de vitaminas, minerales o algún otro nutriente básico para la salud.
Lo cierto es que estas dietas generan una pérdida de peso en muy poco tiempo, pero lo que se pierde es masa muscular y no grasa. Están pautadas para un periodo de tiempo muy corto, durante el cual no se enseña a comer bien, ni se adoptan hábitos saludables. Por lo cual en el momento que volvemos a la alimentación normal, que seguíamos antes, el aporte calórico vuelve a ser muy alto, la alimentación vuelve a ser nefasta (por lo general), abusando de fritos, conservas, comidas pre-cocinadas, dulces y bollería industrial, ganando más peso del que tensamos antes, lo que se conoce como efecto yo-yo.
Por regla general no debería seguirse ningún tipo de dieta que este por debajo de las 1000 calorías, que recomiende solamente un alimento o restrinja a todo un grupo de ellos. Notarse fatigado, perder más de 1 Kg por semana, olor a acetona en el aliento, tener la masa muscular debilitada, el pelo lacio o las uñas frágiles nos estará indicando que la dieta que estamos siguiendo no es correcta, o que nos faltan nutrientes en el plan dietético que estamos siguiendo.
Lo correcto para perder peso saludablemente es bajar entre 0,5 y 1 Kg a la semana, y comprobar la disminución del perímetro abdominal y del tanto por ciento de grasa. De esta manera podemos establecer que un centímetro de cadera equivale a un kilo de peso, si perdemos más peso que la disminución en centímetros de la cadera estaremos perdiendo masa muscular.











miércoles, 16 de enero de 2013

Antibióticos y flora intestinal

Un estudio revela que la toma de antibióticos producen cambios en los patrones microbianos y metabólicos del intestino.
Este estudio fue realizado en la Universidad de Valencia y en el fueron analizados bacterias, genes, enzimas y moléculas que forman la microbiota intestinal, lo cual se hacía por primera vez, en pacientes que estaban tomando antibióticos. En el estudio se tomaron muestras de heces de los pacientes antes, durante y después de la toma de los antibióticos.
Esto demostró que la microbiota o flora intestinal va evolucionando en simbiosis junto con la persona, y que la toma de antibióticos altera estas simbiosis desde el principio del tratamiento, La biodiversidad de bacterias que forman esta microbiota intestinas ira disminuyendo durante todo el tratamiento, llegando a alcanzar su mínimo pasados 11 días desde el inicio de la toma del antibiótico.
Este estudio demuestra que las bacterias intestinales presentan una peor capacidad de producir proteínas y deficiencias en actividades importantes,como la capacidad de asimilar el hierro y de digerir ciertos alimentos, al igual que la producción de moléculas esenciales para el organismo, durante el tratamiento y al finalizar este.
La investigación también muestra que algunas bacterias de la flora intestinal, poco abundantes y poco activas al inicio del tratamiento, sí lo son al acabar dicho tratamiento, y pueden llegar a tener un papel relevante en el intestino como consecuencia directa de los antibióticos.

Con esto no pretendo decir que la toma de antibióticos esté desaconsejada, pero si su uso masivo e indiscriminado. Los medicamentos han de tomarse cuando son necesarios, y los antibióticos generalmente hoy en día están siendo usados de una manera inadecuada. Este tipo de medicación debería ser prescrita en casos de infecciones graves, donde el uso de otro tipo de terapias o medicamentos no sean capaces de llegar, y no dados casi como si fueran caramelos. Un ejemplo claro son los resfriados o la gripe, estas enfermedades tienen un tiempo de evolución, y tardan lo mismo en curarse con antibióticos, que guardando cama y tomando cosas calientes.