La planta del
tabaco nos llega de la mano de Cristóbal Colon en el año 1492, pero no fue
hasta el año 1881 que el ingeniero de Virginia, James Bonsack invento una
maquina para hacer cigarrillos, con lo cual la producción pudo ser mayor, con
unos costes inferiores y llegando a todo el mundo.
Cuando fumamos un cigarrillo se
liberan más de 4000 sustancias. Entre ellas podemos encontrar ácido
cianhídrico, un gas incoloro e inoloro,
fue el gas usado por los alemanes en los campos de exterminio durante la segunda
guerra mundial. También encontramos arsénico, polonio 210, butano, cadmio,
plomo, DDT, mercurio...
El hecho de pensar que por fumar
poco no pasa nada, es algo erróneo que mucha gente cree. Por cada 15
cigarrillos que fumamos se produce una mutación genética a nivel pulmonar.
Mientras nuestro sistema inmune este bien, esto se irá controlando, pero cuando
tengamos estrés, estemos débiles o resfriados, que nuestro sistema inmunológico
este debilitado, estas mutaciones pueden escapar del control de los linfocitos
NK, pudiendo producir un cáncer de pulmón. Esta es la patología más asociada al
tabaquismo, pero no es lo único que nos puede producir, también podemos asociar
otro tipos de canceres, como el de colon, vejiga, mama, todos los orofaringeos,
enfermedades vasculares, cambios en la fertilidad...
Cuando nos planteamos dejar de
fumar, el mayor problema que se nos presenta es ansiedad. La mayoría de gente
cree que el tabaco tranquiliza y por eso cuando dejan de fumar están más
ansiosos. Esto no es cierto, el tabaco es un excitante y una droga. Cuando
dejamos de fumar, nuestro organismo nos pide la dosis de droga, en este caso
nicotina, que necesita, cuando se la damos nos relajamos, pero porque le
estamos proporcionando la droga que nos había pedido. Simplemente la ansiedad
que tenemos es porque tenemos síndrome de abstinencia. Esto al cabo de unos
días pasa, y lo que nos queda es la adicción psicológica. El tabaco es un
hábito, una costumbre y el quitarnos ese hábito, ese recuerdo de unos
movimientos, unos actos, que llevamos mucho tiempo haciendo es lo que
generalmente más cuesta.
Este articulo es
parte del libro “Dejar de fumar sin perder la salud”, escrito por Daniel
Lamiel, Naturopata; Homeopata; Acupuntor, Coach nutricional y profesor de
Iridología, Vendaje neuromuscular; Trainig dietético y práctica clínica en
CENAC, donde también pasa consulta, que saldrá a la venta a finales de este año
o principios del próximo.
Cuéntanos algo más del libro.
El libro esta
dividido en tres partes principales. En la primera parte hablo sobre la
toxicidad del tabaco, describiendo algunas de las sustancias que contiene, para
que se usan normalmente y como nos afectan al organismo. La segunda parte vemos
las diferentes enfermedades que nos causa el habito de fumar y por último
desarrollo los diferentes tratamientos naturales con los que podemos
desengancharnos del tabaco y los efectos secundarios que tienen los
tratamientos convencionales.
Háblanos un poco más sobre los tratamientos para dejar de
fumar
Los tratamientos deben
ser siempre personalizados, lo que a uno le funciona no tienen que ser valido
para todo el mundo, lo único que tienen en común los tratamientos que yo
realizo es la acupuntura. A parte de esto en el libro se describen las
diferentes herramientas que disponemos, desde el tratamiento con plantas,
homeopatía, suplementos, flores de Bach...Otra de las cosas que hay que tener
en cuenta y que también se comenta en el libro es el control de peso cuando
dejas de fumar. Mucha gente, sobre todo las mujeres cuando empiezan un
tratamiento antitabaco, si ganan algún kilo, abandonan el tratamiento. Se han
de buscar remedios para controlar la ansiedad sin abusar de la comida.
Son cursos para
gente con conocimientos de dietética, pues en ellos no enseño a hacer dietas.
En estos cursos se intentan dar las herramientas necesarias para conseguir una mayor implicación del
paciente frente a su plan dietético, de manera que haya un feedback entre el
terapeuta y el paciente.